Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa

Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa fué  Obispo de la Habana del 1802 al 1832, época clave para la formación de la identidad nacional cubana. Espada fué uno de los obispos más importantes en la historia de Cuba, y su influencia alcanzó más allá de los círculos eclesiásticos, con sus logros en los campos educacionales, sociales y de salud pública.


Espada nació el 20 de Abril de 1756 en Arróyave, pueblo de la provincia de Álava en los paises vascos, de una familia de la nobleza. Espada fué ordenado sacerdote en 1782 y desempeñó varios cargos eclesiásticos en España. A raiz de la muerte en La Habana del Obispo Trespalacios en 1799, el rey Carlos IV nominó a Espada como su sucesor, y este fue aprobado por Roma, siendo instalado como Obispo en 1802. En este mismo año, Espada aplicó para ser aceptado como miembro de la Sociedad Patriótica de la Habana. La junta de la sociedad no solo lo acepta, sino que lo nombra director de la misma.


En 1803 Espada llevó a cabo su primera gira pastoral, empezando en La Habana y llegando hasta Sancti Spíritus en Las Villas. Miles son confirmados durante esta gira, y el Obispo toma nota de la situacición de cada iglesia, planeando renovaciones y la construcción de nuevas iglesias. Durante su obispado se fundaron en la Diócesis cinco nuevas parroquias y 66 iglesias auxiliaries. Espada tambien observa y se interesa en las condiciones de salud que encuentra durante su gira.


El Seminario San Carlos florece bajo el tutelaje de Espada. Uno de las contribuciones más importantes de Espada a Cuba fue su apadrinaje del joven Félix Varela, quien inició sus estudios en el seminario en 1804, y fue tambien profesor de esta institución. El Obispo estableció nuevas catedras en el seminario, incluyendo la de matemáticas,  economía política,  y derecho constitucional.


Espada escribió en un documento la esencia de su pensamiento social y económico. Este documento, conocido como Diezmos Reservados, fué escrito en 1808 y está dirigido al rey. El obispo justificó este documento de índole socio-político por su interés en aumentar los ingresos a la Iglesia que resultarían de los progresos económicos. El documento ataca duramente a la esclavitud. En ese mismo año España cayó en manos de Napoleón, y aparéntmente el documento nunca fué enviado. El documento empieza considerando los recursos económicos de Cuba, y critica el cultivo excesivo de productos agrícolas de plantación como el azucar: “Los que más se recomiendan para que sobre ellos se aplique la mayor atención  y se miren con la mayor preferencia son los de primera necesidad para el alimento como el plátano, la yuca, el casabe, el maiz, el ñame, la batata o boniato, la manteca de puerco y la carne.” El obispo busca el fomentar el desarrollo de un agicultura que incluya pequeños propietarios.


Entre los años 1808 y 1824 hay una lucha constante en España entre el rey Fernando VII y un movimiento constitucionalista que intenta limitar el absolutismo del rey.  En 1820, cuando el ejército fuerza a Fernando VII a aceptar la constitución,  Espada enseguida celebra en la Habana una misa de acción de gracias por la promulgación de la constitución.  En 1821, el padre Varela es electo como diputado a las Cortes bajo el sistema constitucional, y Espada costea el viaje de Varela a España para esta participación. En 1823,  Fernando VII vuelve al absolutismo con ayuda de tropas francesas,  y abroga todos los actos del gobierno constitucional. Ya desde el año 1815 los enemigos del obispo venían acusándole de cargos religiosos y políticos, pero ahora se aprovechan de la situación política para renaudar los ataques.  En 1824, el rey ordena al Capitán General Doinisio Vives que traslade a Espada a España para ser encausado por su apoyo al constitucionalismo y por otras acusaciones.  Vives es un admirador del Obispo y envía al rey un escrito de apoyo a Espada compuesto por la Sociedad Patriótica.  Tambien envía un escrito propio donde promete acceder a las ordenes del rey, pero pidiendo una demora debido a la salud precaria del Obispo, y el rey acepta la demora. Espada nunca llega a ir a Espana a ser juzgado y fallece en la Habana en Agosto de 1832. Miles de cubanos acudieron a las ceremonias de su entierro.


Fuentes: