Esta plaza fué la plaza original de la villa, y originalmente incluía parte del terreno que se usó para construir el Castillo de la Fuerza. Cuendo éste se construlló, se le dió un carácter militar a la plaza, y luego ésta adquirió importancia administrativa cuando se construyeron los palacios del Segundo Cabo y de los Capitanes Generales en su alrededor en el siglo XVIII. En el siglo XIX constaba de un paseo arbolado en el perímetro y otros dos paseos interiores formando una cruz, en cuya rotonda se erigió una estatua del rey Fernando VII en 1834.