El terreno donde hoy está la plaza de la Catedral era conocido previamente como “la Ciénaga,” y era donde desembocaba la rama principal de la Zanja Real, el primer acueducto de la ciudad. Este espacio luego alcanzó una alta jerarquía social por estar rodeado de edificios claves como la Catedral y la casa del Marqués de Arcos. Parte de su coherencia es debido al uso de piedra conchífera en las fachadas de algunos de los edificios como las casas del Marqués de Arcos y de los Condes de Casa Bayona y de Casa Lombillo.